Esta es una de las recetas más antiguas de mi memoria. La incluyo en el blog para que no caiga en el olvido, pues al ser un dulce frito la hago muy pocas veces.
Los frisuelos son un dulce asturiano semejante a las crepes, panqueques o filloas, abundantes en las tierras del norte. Este dulce de sartén es propio de la zona de Cangas del Narcea, por lo que difiere de otras recetas de frixuelos también asturianas. Recuerdan un poco a los churros.
Mi madre solía hacerlos los domingos para desayunar y a veces para la merienda de los días festivos. Me contaba que su madre, allí en Gelán, los preparaba también con la sangre de las gallinas, cosa que a mí me producía un repelús tremendo solo de imaginarlo. Y lo cuento como curiosidad porque es de esas cosas que han caído en desuso. Otra peculiaridad de su receta era que nunca medía los ingredientes sino que los incorporaba a “ojímetro” y los batía a mano con cucharón de madera y con movimientos de arriba hacia abajo.
La receta que yo hago es la siguiente:
Ingredientes (para cuatro personas)
- 200 - 250 gr. de harina de repostería con levadura incorporada.
- 1 huevo grande.
- 250 ml. de leche entera.
- 1/2 cucharadita de las de café de sal.
- Aceite suave para freír.
- Azúcar blanca para decorar.
Preparación
En un recipiente mezclar el huevo con la leche y la sal. Yo utilizo un batidor de varillas. Cuando esté bien espumoso, mezclar la harina poco a poco hasta que quede una crema no demasiado espesa (por eso la cantidad de harina que indico es aproximada).
Calentar el aceite en una sarten. Cuando la temperatura sea la adecuada, dejar caer la masa en la sartén desde el centro haciendo una espiral. Dar la vuelta cuando esté dorado. Dejar escurrir en papel de cocina y decorar con el azúcar.
Nota: Recomiendo freír una porción de masa antes de hacer la espiral para comprobar el punto de sal y la textura. Lo bueno de la receta es que admite corrección.
Buen provecho.
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