El otro día, dando una vuelta por el mercado, encontré unas acelgas estupendas. Eran de mucha hoja y penca pequeña, y estaban tan bonitas que en lugar de comérmelas podía haberlas puesto perfectamente en un florero. Tenían un cartelito que decía “acelgas de lechal”. ¡Jo! Que ocurrencias tiene la gente para vender..Pero el caso es que eran tiernas de verdad, ideales para esta receta. Las pencas que sobran se pueden usar en cualquier otra preparación.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 400 gr de hojas de acelga
- 2 dientes de ajo muy picados
- Un huevo grande
- 2 cucharadas bien llenas de harina con levadura
- 2 cucharadas de perejil fresco picado
- Sal y pimienta
- Aceite para freír
Preparación:
Lavar y trocear las acelgas. Ponerlas a hervir 10 minutos en agua con sal. Escurrirlas bastante pero sin que lleguen a perder todo su líquido de cocción. Colocarlas en un bol y añadir el huevo, los ajos, el perejil, la harina y la pimienta. Batirlo todo con un tenedor, simplemente. Ha de quedar una mezcla homogénea, ni muy líquida ni muy densa.
Poner en una sartén algo menos de medio vaso de aceite y calentar. Tomar con una cuchara porciones de la masa y freírla hasta que se doren. Escurrirlas en papel de cocina y acompañar con salsa o con lo que más guste.
Buen provecho.
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