Esta es una receta con aire asiático, sabrosa y sencilla. Cuando llega el invierno suelo usar con frecuencia el jengibre, tanto por su sabor como por sus beneficios. Galeno y Avicena ya lo usaban en sus prescripciones de la misma manera que lo hacían indios y chinos pues este rizoma es un alimento “medicina”.
El jengibre se ha convertido en un ingrediente usual en mi cocina, entre otras cosas porque ahora es fácil de encontrar cerca de casa. Me gustan su sabor picante y ese aroma que recuerda al limón. Además, queda genial tanto en platos salados como en repostería, bebidas, o infusiones.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 12 alitas de pollo partidas
- 4 dientes de ajo
- Un dedo de jengibre rallado
- Medio vaso de aceite de girasol
- Medio vaso de salsa de soja
- 60 gr de miel
- Harina para rebozar
- 3 huevos
- Pan rallado
- Sal
Quitar las puntas a las alas y partirlas en dos. Mezclar en un bol el ajo, la soja, y el aceite. Sumergir las alas en él y marinar dos o tres horas. Escurrirlas y reservar.
Rebozar las alas en este orden: primero en harina, luego en huevo batido y al final en pan rallado. Freírlas y escurrir en papel de cocina. Colar el adobo y ponerlo en un cazo con la miel. Reducir hasta conseguir una textura de salsa. Servir las alas junto con la salsa y disfrutar.
Buen provecho
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