Para alguien tan aficionado a las sopas como yo, no podía faltar este clásico de la cocina castellana denominada también, sopa de ajo o sopa de pan. La receta básica se compone de ajos, pan del día anterior, pimentón, huevos y agua, pero dependiendo de los gustos y lugares de procedencia, hay quienes la enriquecen con caldo en lugar de agua o añaden trocitos de jamón serrano, tocino o chorizo. A veces también lleva laurel.
En cuanto al pan, tradicionalmente es de hogaza pero la barra del día anterior cumple muy bien su cometido. También el punto de espesor es importante. Hay quien las prefiere espesas o, por el contrario, claras. El huevo suele ser uno por comensal, pero en mi casa se utilizaba uno solo batido. En resumen, cada uno le pone aquello de lo que dispone o simplemente más gusta.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 2 - 3 ajos pelados y cortados en láminas.
- Una cucharadita de pimentón dulce
- 200-300 gr de pan del día anterior
- Un huevo batido (o 4 enteros, según gustos)
- Sal
- 2 cucharadas de aceite
- Un litro de agua caliente (o caldo, si se prefiere la versión ilustrada)
- (Opcional: picadillo de jamón)
Preparación:
Pelar y laminar los ajos. Dorarlos en una cazuela con el aceite. Incorporar el pan cortado en lonchas muy finas y tostar. Añadir el pimentón y rápidamente moverlo para que no se queme. Agregar el agua caliente (o el caldo) y salar. Batir un huevo y echarlo en la cazuela. Cocer diez minutos.
También se puede servir la sopa en recipientes individuales en los que se deposita un huevo en cada uno y cuajarlos en el horno.
Buen provecho
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