Ensalada de primavera

¡Qué gusto me produce la llegada de la primavera! Con ella llegan las fresas y los espárragos, así que hay que disfrutarlos antes de que se acaben.
Los espárragos son una hortaliza bien conocida por las antiguas civilizaciones. Entre nosotros gozan de gran prestigio y parece ser que los mejores son los que se producen entre los meses de abril y mayo. Contienen muchos antioxidantes pero conviene comerlos moderadamente si se tiene tendencia a padecer del riñón por su contenido en oxalatos. Son buenos para combatir la astenia primaveral, ayudan a controlar los nervios y a fortalecer la mente. Y además ¡son tan bonitos!

Ingredientes (para cuatro personas):

• 4 patatas grandes
• 1/2 manojo de espárragos verdes
• 1/2 cebolla morada
• Una zanahoria
• Unos rabanitos
• Un calabacín
• Unas ramas de perejil
• Aceite de oliva
• Vinagre
• Sal
• Semillas de girasol y calabazada (o las que uno prefiera)

Preparación:
Pelar las patatas, lavarlas, trocearlas y hervirlas con sal hasta que estén tiernas. Aplastarlas con un prensador de patatas y reducirlas a puré. Picar un poco de perejil y añadirlo a las patatas. Reservar. Lavar y trocear los espárragos. Hervirlos con sal hasta que estén hechos y reservar. Lavar el calabacín y hacer tiras muy finas con la ayuda de un pelador de verduras. Poner las tiras en una cazuela con agua y sal y escaldar treinta segundos. Escurrir y reservar. Laminar con el pelador de verduras la zanahoria. Picar los rabanitos y la cebolla en rodajas muy finas.
Tostar las semillas en una sartén (sin aceite) y reservar. Preparar un aliño poniendo en un vaso batidor el perejil restante con el aceite, el vinagre y la sal en la proporción que a uno le guste.
Usar un aro de emplatar para servir la ensalada. Colocar en el fondo el puré de patatas, poner encima las láminas de zanahoria, los espárragos, los calabacines, los rabanitos y la cebolla. Verter un poco del aliño por encima y espolvorear las semillas tostadas.

Buen provecho