La moussaka o musaca es un plato típico de la cocina griega, balcánica y del Próximo Oriente. Es una especie de pastel hecho a base de carne picada de cordero, berenjenas, tomate y bechamel.
Basado en él he hecho una versión de pollo para dar salida a los restos que quedan después de hacer caldo. Para potenciar el sabor de la carne, ya que una vez cocida queda sosa, he utilizado cebolla rehogada y especias acompañadas de un poco de vino. Las berenjenas van hechas a la plancha en lugar de fritas. Queda un plato igualmente sabroso pero más ligero y resulta una buena opción para reciclar el pollo cocido
Ingredientes (para cuatro personas):
- Dos pechugas de pollo cocidas
- Dos berenjenas cortadas en rodajas
- Unas cucharadas de salsa de tomate
- 1/2 cebolleta
- Un diente de ajo
- Un chorro de vino blanco
- Unas cucharadas de aceite
- Orégano, sal y pimienta
- Un vaso de salsa bechamel
- Un trozo de queso rallado
Preparación:
Pelar, cortar y salar las berenjenas para quitarles el amargor. Reservar. Picar la carne cocida en el robot de cocina. Picar el ajo y la cebolla. Colocarlos en una cazuela con el aceite y pochar hasta que se ablande. Añadir el pollo junto con el vino, el tomate, el orégano y la pimienta. Pasados quince minutos, apagar y reservar. Secar las berenjenas y hacerlas a la plancha con un mínimo de aceite. Preparar una salsa bechamel. Disponer en una fuente una capa de carne de pollo sazonada, otra de berenjenas y otra de bechamel. Repetir el proceso, cubrir la superficie con queso rallado y gratinar hasta que se dore y servir.
Buen provecho.
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