Ya he comentado en otras ocasiones que la carne no es mi alimento preferido. Me gustan las aves, también el cerdo, pero no el conejo ni el cordero, y si veo un chuletón, directamente se me levanta el estómago de asco. Pero la carne picada o convenientemente preparada como la de esta receta sí que me gusta. No suelo hacer muchos platos de este tipo, pero de vez en cuando sorprendo a mi familia con cosas así porque sé que les gusta y ¡vaya si está bueno! Por cierto, la receta es de Jamie Oliver, por eso no dudé en prepararla.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 600 gr de carne para guisar cortada en dados (yo he empleado carrillera de ternera)
- 3 cebollas rojas
- 3 dientes de ajo
- 2 tallos de apio
- 2 zanahorias
- Una tacita de guisantes
- 4 champiñones grandes
- Una nuez de mantequilla
- Unas cucharadas de aceite
- Una cucharada de harina
- Un huevo batido
- 100 gr de queso curado rallado
- Sal, pimienta y romero
- Una lata de cerveza Guiness negra
- Una lámina de hojaldre
Preparación:
Picar las cebollas, el apio y las zanahorias en trozos pequeños y saltearlas en una cazuela con dos cucharadas de aceite. Añadir los ajos picados con una prensa y el romero. Incorporar la carne y los champiñones laminados. Salpimentar. Añadir la cerveza, la cucharada de harina y un chorrito de agua. Tapar y meter la cazuela en el horno durante 2 horas a 180º (yo he omito este paso porque utilizo una cazuela de AMC y no hace falta). Cuando la carne esté hecha, añadir el queso rallado. Reservar. Forrar un molde con el hojaldre y reservar una parte para cubrir el pastel. No cortar lo que sobre, simplemente doblarlo para conseguir un acabado rústico. Tapar con el hojaldre reservado, pintando los bordes con huevo batido para que se pegue bien. Barnizar toda la superficie y hornear unos cuarenta minutos a 180º. Hacer unos guisantes salteados con un poco de mantequilla y servirlo todo junto.
Buen provecho
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