martes, 22 de abril de 2014

Solomillo de cerdo en adobo campestre


Esta es una de las recetas favoritas de mi familia. Está extraída del libro “100 recetas de Fray Juan de Guadalupe”, ejemplar que compré hace tiempo en la misma Hospedería.
Tengo un especial cariño por este lugar, no sé si debido a la religiosidad que se percibe en el ambiente, o a las fuerzas mágicas y telúricas que recorren su suelo, pero es cierto que ese sitio tiene “algo” que recarga y te hace sentir bien. Y no digo nada si te tomas un cafetín tranquilamente en ese claustro tan agradable...
Si probáis esta receta, seguro que os apetecerá ir por allí.

Ingredientes (para cuatro personas):

  • 2 solomillos de cerdo (o uno grande)
  • Un vaso de vino de pitarra (yo lo he sustituido por moriles que me gusta más)
  • Una cucharadita de pimentón de la Vera
  • Tomillo de campo
  • Romero
  • Laurel
  • Pimienta blanca
  • Unas ramas de hierbabuena
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva
  • Opcional: patatas fritas o hervidas, verduras, ensaladas...como acompañamiento.

Preparación:
Mezclar en un recipiente las hierbas, en la proporción que guste, con el vino, el aceite, el pimentón, la sal y la pimienta. Colocar los solomillos en una fuente y bañarlo con el adobo que se mantendrá durante 24 horas. De vez en cuando se le va dando vueltas para que se impregne de sabor por igual. Al día siguiente, trocear el solomillo en rodajas y hacerlo a la plancha. Se puede acompañar con lo que guste. Yo he puesto patatas hervidas y después salteadas con aceite junto con espárragos hechos a la plancha.

Nota: el adobo no sólo proporciona sabor, también ablanda la carne, lo mismo que el proceso de congelación. En Mercadona existen buenos solomillos congelados que salen muy bien y quedan jugosísimos.


Buen provecho.

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