sábado, 28 de marzo de 2015

Potaje clásico de vigilia


El bacalao es la estrella indiscutible de la cocina de cuaresma. Uno de los platos más populares es el potaje, guiso compuesto por garbanzos, espinacas y el susodicho bacalao, del que existen numerosas variantes regionales.
La mayoría de tratadistas considera que la receta es castellana, concretamente madrileña. Quizás la razón de esta afirmación se encuentre en el uso de pescado en salazón en los pueblos del interior.
De lo que no cabe duda es que es un plato consistente, completo y equilibrado, típico de la dieta mediterránea.
Hacía unos cuantos años que no preparaba esta receta porque hay otros guisos de garbanzos que nos gustan más, pero como no quería que quedase olvidada ha sido la protagonista del menú de hoy.

Ingredientes (para cuatro personas):

  • 400 gr de garbanzos
  • 1 Kg de espinacas
  • 1 cabeza de ajos
  • 1 cebolla
  • 1 pimiento verde
  • 1 pimiento choricero
  • 2 tomates rojos
  • 2 hojas de laurel
  • 8 - 10 granos de pimienta negra
  • 1/2 cucharadita de comino en polvo
  • 1 cucharadita de pimentón
  • Una pizca de azafrán
  • Aceite
  • Sal
  • 200 gr de bacalao
  • 4 huevos cocidos

Preparación:
Poner en remojo los garbanzos con sal la noche anterior. Desalar el bacalao si se va a emplear seco (cambiar el agua del remojo varias veces). Lavar las espinacas y trocearlas. Reservar. Escurrir los garbanzos y cocerlos en agua caliente a fuego moderado con el laurel y la pimienta hasta que estén tiernos. Picar los ajos, las cebollas, los pimientos y los tomates. Pochar el conjunto en una sartén con un poco de aceite. Incorporar este sofrito a los garbanzos junto con las espinacas reservadas y el bacalao escurrido. Añadir el comino, el azafrán y el pimentón. Cocer 15 minutos más y servir con el huevo duro picado por encima.

Buen provecho

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