Detesto el verano con toda mi alma. Se me hace insoportable. Adiós a la tranquilidad y al sueño reparador que son sustituidos por un horario al que jamás me acostumbraré y por un sinfín de incomodidades. Y por supuesto, ¡nada de cocinar! Solo me faltaba eso, más calor. Lo único bueno del verano son las vacaciones para poder trasladarse a un lugar más fresco.
Por fortuna, existe una maravilla llamada gazpacho con la que paliar los rigores del calor.
Esta deliciosa sopa fría hecha a base de verduras es “pariente” del salmorejo y de la porra. De estos tres platos es el que más hortalizas incluye y su textura es la más ligera.
Nunca falta en la nevera y lo preparo casi a diario, pues en casa se toma como si fuera una bebida isotónica con la que reponer energía en cualquier momento.
-Mamá, ¿todavía no has publicado la receta del gazpacho?
-No corazón, si es que no tengo fuerzas ni para darle a la tecla.
Ahora que el tiempo ha dado una tregua, vuelvo a escribir mis recetas, que me las piden.
¡Bendito otoño, cuándo llegarás!
Ingredientes para litro y medio:
- 800 gr de tomates muy maduros
- 100 gramos de pimiento verde
- 100 gr de cebolleta
- 100 gr de pepino
- 1 diente de ajo
- 50 gr de pan de barra
- 50 gr de aceite de oliva
- 1 cucharada de vinagre
- Sal al gusto
- 1/2 cucharadita de moka de cominos molidos
- 400 ml de agua fría
Preparación:
Poner el pan en remojo. Limpiar y pelar las hortalizas, partirlas en trozos pequeños y reducirlas a puré con una batidora o robot de cocina. Añadir el pan reblandecido y escurrido más el aceite, el vinagre, la sal y los cominos. Volver a batir el conjunto. Añadir el agua, batir de nuevo y rectificar el punto de sal. Servir muy frío.
Preparación en THX:
Poner las verduras en el vaso y triturar un minuto a velocidad progresiva 5-10.
Añadir el pan, el aceite, el vinagre, la sal y los cominos. Volver a triturar otro minuto a velocidad progresiva 5-10. Añadir el agua, rectificar el punto de sal si fuera preciso y batir 10 segundos a velocidad 5.
Nota: Esta proporción de hortalizas es la que nos gusta, pero cada cual puede adaptarla a su propio gusto. Lo mismo ocurre con la textura. Hay quien prefiere tomarlo espeso y otros lo prefieren muy claro. También hay quien prescinde del pepino. En resumen, no hay problema en adaptarlo al gusto personal.
Y si alguien tiene problemas con el ajo porque pueda repetir, basta con quitarle el germen central antes de triturarlo y listo. En cuanto a la presentación, hay quien lo acompaña de un picadillo de tomate, pimiento y pepino. Como siempre digo, cada uno a su gusto.
Buen provecho
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