viernes, 15 de enero de 2016

Pote asturiano


Los antropólogos suelen dividir las civilizaciones en dos tipos: las del asado y las del cocido, y los celtas forman parte de este último grupo.
El nombre de este plato procede del recipiente en el que antiguamente se preparaba: un caldero de tres patas hecho generalmente de hierro, un material que aporta sabor característico a la comida. El pote se colocaba sobre el fuego del hogar mientras el guiso se hacía lentamente.
En el mundo celta, el caldero era un recipiente de carácter sagrado y mágico. Así lo atestigua el folklore popular en numerosos cuentos: calderos que nunca se acaban, que permiten comer sin llegar a saciarse, calderos en los que se cae (como Obelix de chiquitín) o en los que la comida no hierve si se es un cobarde, como contaba el bardo Taliesin.
Aunque la receta no sea celta, sí pertenece a su área de influencia y a la clasificación de “pueblos de la comida cocida”, como diría Jean Markale. En la original se prepara con berzas, pero como aquí en Madrid es casi imposible encontrarlas, se sustituyen con repollo verde rizado que es menos dulzón que el blanco.

Ingredientes (para cuatro personas):

  • 1/2 kg de fabes blancas (o alubias de calidad)
  • Unas hojas de berza o repollo (al gusto)
  • Una morcilla (asturiana)
  • Un chorizo (asturiano)
  • Un trozo de lacón (o unos huesos de jamón)
  • 50 gr de tocino
  • Un diente de ajo
  • 1/2 cebolla
  • Un pizca de pimentón
  • 1/2 K de patatas

Preparación:
Poner la noche anterior las fabes en remojo y hacer lo mismo con el lacón. Poner en una cazuela con agua fría las fabes con los embutidos y cocer lentamente durante dos horas, o veinte minutos en olla rápida. Lavar y picar muy menudas las berzas. Pelar y picar las patatas. Cocerlas juntas en otra cazuela. Cuando las fabes estén tiernas, añadirle las patatas con la berza. Picar el ajo y la cebolla. Pocharlos con un poco de aceite en una sartén, añadir el pimentón y echarlo en la cazuela. Dar un ligero hervor al conjunto y servir.


Nota: Suelo interpretar estos platos tradicionales eliminando gran parte de su grasa. Para ello cuezo las carnes el día anterior, las enfrío en la nevera y quito la grasa que se solidifica con facilidad. Para los tradicionales, esto es una herejía, pero tu salud te lo agradecerá y el sabor es el mismo solo que el conjunto es más ligero. 


Buen provecho

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