En casa, suelo ponerme muy pesada con las virtudes de las alcachofas para tratar de convencer a mis chicos lo bueno que resulta tomarlas. Los gustos cambian con la edad y a veces, alimentos que en determinada época aborrecías, terminan por gustarte. Al menos he conseguido reclutar uno más para mi causa y parece que la paciencia y la insistencia han dado sus frutos.
Intento prepararlas de todas las formas que se me ocurren ya que su sabor varía de hacerlas a la plancha, hervidas, fritas o guisadas. En esta ocasión las he preparado como las de la abuela, con abundancia de vino y tomate como a ella le gusta. Un guiso delicioso de los de toma pan y moja, igual de bueno servido caliente o frío.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 2 kg de alcachofas
- 3 zanahorias
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 3 tomates grandes
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 vaso de vino blanco
- 1 vaso de agua
- Sal
- Aceite de oliva
- Zumo de limón
Preparación:
Limpiar las alcachofas y quitarles las hojas duras. Rociarlas con zumo de limón para evitar que se oxiden (lo hacen muy rápido). Pelar los ajos y picalos. Trocear la cebolla y poner ambos ingredientes en una cazuela con un fondo de aceite. Dorar. Picar los pimientos y las zanahorias. Añadirlos al sofrito. Incorporar después los tomates troceados. Salar, añadir el vino y el agua, y cocer hasta que estén hechas.
Buen provecho
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