En cuanto asoma el primer rayo de la primavera, mis chicos suelen pedirme que haga gazpacho y siempre contesto lo mismo: todavía no hay buenos tomates, así que toca esperar. Siempre veo en esta petición la sabiduría con la que obra la naturaleza, demandado un cambio de dieta para adaptarse a la nueva época del año. Hasta que lleguen los tomates que a mí me gusta utilizar, ¿por qué no ofrecerles un batido salado o sopa fría, que al fin y al cabo es lo que les pide el cuerpo?
Los modernos llaman a estos preparados smoothies, un término inglés que significa suave, por la cremosidad de su textura. Nunca falta en este tipo de batidos el yogur, la nata o el helado, según sean dulces o salados, pues son esenciales para adquirir esa consistencia. Yo sigo llamándolos batidos, como toda la vida, porque en cuestión de modas, me gusta ir contracorriente.
Ingredientes (para dos vasos):
- Un trozo de pepino (con o sin piel, depende de la clase)
- Un trozo de pimiento verde
- Un trozo de cebolleta
- Un trocito de ajo
- Hojas de hierbabuena, perejil y albahaca (yo puse unas 6 de cada)
- Sal
- Unas gotas de limón
- Un yogur pequeño ecológico (es más suave que el normal)
- Una medida del yogur de agua
Preparación:
Poner todos los ingredientes en un baso batidor, mezclar, servir y consumir. ¡Más fácil imposible!
Nota: la cantidad de hojas empleadas es orientativa, cada cual que ponga lo que considere más conveniente.
Buen provecho
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