Este es uno de mis truquitos de cocina más querido. El sabor especial de esta masa se lo proporciona el vino, un buen vino, el que a uno le guste, pero insisto, un buen vino, sino no hay gracia. Suelo utilizarla especialmente en las verduras, sobre todo con la coliflor y el brécol. Cuando cocinas estas verduras, aunque seas cuidadosa, abras la ventana o pongas la tapadera, el olor hará que tus hijos empiecen a vacilarte con las bromitas escatológicas de rigor y como soy muy perseverante, contraataco con esta receta. Cuando la prueban me llena de orgullo vanidoso el que me digan ¿no han quedado más? ¡Astucia materna!
Ingredientes (para cuatro personas):
- 500 gr de brécol
- Masa para rebozar
- Aceite para freír
- Salsa de chile
Preparación:
Preparar la masa para rebozar según la receta del enlace. Cocer al vapor o en agua salada el brécol hasta que quede al dente. Escurrir y reservar. Calentar el suficiente aceite en una sartén para freír los buñuelos. Rebozar el brécol en la masa, escurrir el exceso y freír. Depositarlos en papel absorbente y servirlos de inmediato para que no pierdan su textura crujiente. Acompañarlos con una salsa de chile u otra con carácter.
Buen provecho
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